Sirenx

 



“Tengo signo de agua” 
dijo. Yo eso no lo entendí. 


Pero algo sí: 
que tenía unos ojos del color 
de algún océano extraño. 
Eso fue lo primero que pensé. 
Lo último fue que 
de entre sus piernas 
no dejó de salir en toda la noche 
mientras gemía 
agua, y agua, y agua, y agua... 


Toda la ropa acabó empapada 
el colchón, casi inutilizable 
quién, cómo, con qué y de qué manera 
dime 
iba a poder dormir 
esa noche 
entre toda esa marea 
y esx sirenx 
misterioso, acuático y húmedo 
alguien en que, si te podías encima 
te sentías 
como navegando 
en una balsa 
de agua salada y dulce a la vez 


Estaba muy oscuro, 
pero a pesar de todo sí logré ver 

unos ojos de color 
de algún océano extraño 
mirándome a mi también 
y dos piernas abiertas 
agua, y agua, y agua, y agua.... 




Mentiras.



Hubo una vez 
(yo no la recuerdo) 
pero sé que 
hubo una vez 
en que fui.

Que fui desnudo, que fui rendido 

fui 

Fui la carne, la piel, fui 
trozos ligeros de células 
inocentes.

Fui material blando y fui emoción suave.

Fui tan sólo el pedazo 
de esa forma en que lo vulnerable 
de puro frágil 
no se da ni cuenta 
ni que es.

Y yo, fui.

Fui de una necesidad transparente 
vibrante, brillante y obvia 
único testigo de mi propia naturaleza 
incolora, inolora... 
indolora yo diría.

Y acabé herido 
y acabé vivo 
y acabé creyendo 
que eran a mis mentiras 
a las que dar las gracias por ello. 

Y me mentí 
mucho, mucho tiempo 
justo aquel que necesité tener 
para poder dejar de hacerlo. 

Pero, lo importante, 
y te lo repito, y te lo prometo 
es que antes de todo eso 

yo fui.

Y fui todo, porque 
podría haber sido cualquier cosa. 

Al final, nada: 
resulté siendo 

aquella y aquel 
quien ahora escribe esto 
quien ahora te mira 
recuerda 
añora 
te desea y 
quien ahora 

es 

que mataría 
y, que por nada del mundo aceptaría 
cualquier otra forma de final 
de mi propio cuento. 



Paquetitos de paja.





En Tierra de Campos, de donde yo vengo, 
en verano puedes ver un paisaje de paquetitos de paja prensada 
que ha quedado recogida después de labrar el trigo. 
Marca a la vez un final y un inicio de temporada. 


Cuando era pequeñx tuve terrores nocturnos durante unos 10 años. 
Había noches en que la cosa iba mejor, otras peor. 
El recuerdo hoy en día es el de sentir presencias en mi habitación 
y tener mucho miedo a que se me llevaran. Rezaba, hacía rituales, hablaba con ellas, 
con Dios, con algunos héroes de mis cuentos, con quien pillara. 
(Hoy ya lo entiendo en parte, la cosa de ser niñx es, pues eso, 
que no te entiendes en ciertas cosas) 



Dentro de todo esto tengo el recuerdo de mi mamá 
venir a hacerme un paquetito de paja a mi cama. Me apretaba mucho las sábanas 
a lo largo de todo el cuerpo hasta que no me podía mover. 
“Ahora ya eres un paquetito, ya puedes descansar” decía.



Los paquetitos en el paisaje son 


el trabajo bien hecho, 
el resultado de un gran esfuerzo, 
son el final de un ciclo, 
es el orden, 
lo recogido, lo cosechado, lo labrado, lo limpio, 
lo preparado para poder volver a empezar. 



Yo cuando pienso en ellos, lloro. 
Son ese típico símbolo que se te queda marcado. 


Ay en fin. Todo esto para decir 


A mí me gustaría tanto 
haberme quedado paquetito de paja...



Estar bien.

                                                                         


                                                                            Te explico. 

Lo importante es que estés bien. 


Hay algo en el haber sobrevivido 
que siempre va a pesar 
en algún lugar de tu corazón 
salvo, que no sano, 
porque eso no existe 
del todo. 


Te explico. 


Hay algo del haber sobrevivido 
que, bueno 
que siempre va a decepcionar un poco. 


Todo ese rollo 
de la tierra prometida, 
del paraíso perdido... 


Y lo importante es que estés bien. 


Aunque las esquinas de 
la casa de tu cuerpo 
no pudieron ser contenidas 
en su momento 


aunque la norma te dejara esa marca 
en ese lugar que tú ya tanto conoces 
y temes 
y abrazas 
y a veces olvidas. 


Y sí, puedes hacerlo. 
Pero no olvides que nunca estarás solx 
en ello. 


Que somos, vida mía 
este ejército de histéricas y de suicidas 


que se llevan a cuestas a sí mismxs 
a lxs que por suerte aún les queda 
sangre en las venas 
y lloran cuando el gobierno asesina 
y gritan cuando no se les escucha 
y ríen cuando follan 


Somos, vida mía 
prueba y testigo 
de que las cosas 
podrían hacerse de otra manera 


pensarse de otro modo, sentirse 
de otra forma, amarse 
desde otras orillas 


Aunque aún no tengamos la última, 
ni la primera palabra siquiera 


hemos dicho la verdad 

y ésta ha roto, y ha escocido 

ha creado la grieta 
y ha deshecho el nudo 
y ha acallado al ruido 


y ha dado tanto miedo 
que nos hemos tenido 
que proteger y que retirar. 


Eternos espejos de las caras 
de quienes no se pueden 
ni ver a sí mismxs. 


Hemos sobrevivido 
descansa 
tranquilx 
nos merecemos todo el cariño 
del mundo 


el mirarnos 
desde ese inconfundible 
destello de ojos brillante 
que anuncia el universo que se intuye 
hay detrás. 


Y ya está. Y lo importante, 
y te repito 
es que ahora 


tú y yo 
juntxs 
y por separado 
ya vamos 


a estar bien. 





Mar Cantábrico.






Me baño en el Mar Cantábrico
lo hago como si fuera 
lo más importante que podría hacer
ahora mismo en el mundo


han pasado quince años


se trata, para mí, hijx de ateos
un bautizo ciertamente desorganizado

me baño en el origen
me baño a pesar del frío y de la prisa
porque esto literalmente es
volver
adonde comenzoaron tantas cosas


Las olas y la sal y la arena
tocan mi cuerpo
a la mujer, al hombre, a aquello
que representa mi cuerpo
a mis treinta y dos veranos.


Ellas
lo acarician, lo tratan, lo acogen
y la playa y la orilla son aquí y ahora
mi propia orilla

la que separa un lado
y el otro
el torbellino
de lo que es neutro

lo que está pendiente
y lo superado
lo que fue ayer y lo que es ahora
quien fui y quien quiero ser
y
entre tanto
mis géneros
inacabados


El agua viene hacia mí
lxs bañantes, no:
como siempre
señalan y cuchichean.


Quiero gritarles a todos
quiero excederme
romper mi coraza
por mí y por tantxs antes que tuvimos que huir
para poder ser

por tantxs que no volverán a bañarse
en cualquier Mar Cantábrico
que tenemos miedo
que se nos rompió la pertenencia
la ficción de la patria adentro.

Y que no se olvide

y que no se olvide
porque la existencia de quien soy yo
está hecha
en base de un olvido callado
porque no es justo pagar por un futuro
con la moneda del pasado.


Gritar
QUE YA ESTÁ BIEN
que dejen en paz el mar
y que me dejen en paz a mí con él.

Desear
que en una noche de malos sueños 
se acuerden
de que tenemos sólo este mundo 
para salvarlo.

Y que o lo hacemos juntxs
o no quedará nada ni nadie
para un día contar
cualquier relato.


Por ejemplo


el de que me bañé en el Mar Cantábrico
que fui valiente, y que volví

al principio, a ese antes de ser
o a cuando este asunto del ser
aún no hacía daño.


En fin...

me acarician las olas...

y eso también es estar en casa.






Figuras.




No eres tú
ni yo.
Es tu figura.


Tengo otro nombre
incluso otro cuerpo
pero mis ojos te siguen mirando
igual que siempre


Te he matado tantas veces
adentro
llevo eliminándote así toda la vida
para sobrellevar la amenaza
incrustada
de una pérdida
de que te vas
de que te pierdo


Llevo toda la vida intentando
no necesitarte
odiando necesitarte
odiándote y odiándome
por ello

porque te haya tocado ser mi madre
y a mí el estar enganchado
a la necesidad ciega
que se despliega
de tal acontecimiento.


No eres tú, es una figura
intrapsíquica en mi estructura
y a la vez

eres tan tú y es tan tu cuerpo
quien me despierta los monstruos
de esos otros tiempos


Tengo otro nombre
incluso otro cuerpo
pero mis ojos te siguen mirando
igual que siempre


Y reniego del título trauma
y reniego del título maltrato
de la palabra violencia
y yo no quiero llamarlo así
porque no pudiste hacer otra cosa
porque no te mereces
que te cargue ahora
con todo mi lenguaje
político y adulto


Y a veces esas mismas palabras
me ordenan y me ayudan
a no poner el centro del tablero en mí
en mi pecho
en mi forma rara
de apegarme y de amar a otros cuerpos
la misma forma rara
de apegarme y de amarme que tengo
reservada para conmigo


Y te echo la culpa
constantemente, como un vicio
llevo 32 años
de todos los límites que me traspaso
de todas las relaciones que no sostengo
de todas las malas decisiones
de a diario


no es justo, no te lo mereces
no supiste hacer las cosas de otro modo
y yo
quiero terminar de entenderte, entenderme
y entenderlo


Me echo la culpa
constantemente, como un vicio
qué difícil debe de ser cuidar
de ese ser pequeño
encerrado
en algún lugar imaginario
que no sabe expresar, que se vuela con las nubes
que se disocia y
que no te puede decir lo que le está pasando .


Ser madre no debe ser fácil.
Ser madre de una criatura proto-trans aún menos.


Aún no he llegado al centro
de casi nada
navego mi dolor por las superficies
y por los extratradios
será un ejercicio de toda la vida
el separar



el odio del amor
la necesidad del rechazo
lo borroso de lo cierto

el quererme y creerme
yo
y llevarme a tu figura, que no a ti, conmigo
madre
por fin
juntxs
en un mismo barco.



Una casa adentro.





Vuelve el sonido
de risas desde el salón


el olor a café
a ajo
a romero
a pan crujiente
a puchero que es para dos para cinco
y que también es para siete


vuelve el cálido abrazo
de buenas noches
las narrativas de sueños
de las mañanas que inician siempre algo


vuelve el
que lo que yo tengo no te falte a ti nunca

¿me has oído?

Nunca.


Vuelve la tierra bajo mis pies
los muros de piedra
adonde agarrar mis manos

vuelve el horizonte ante mis ojos
la promesa de la huerta que crece
y que traerá a tus brazos los frutos
de aquello que hayas cosechado.



Vuelve y vuelvo
sin haber tenido tiempo ni ganas
de parar
las herramientas para mirar hacia dentro
y hacia fuera
de todo lo que andaba pasando

no he tenido tiempo
en todo este tiempo que he tenido...
yo no sé en qué andaba pensando.


Vuelven las risas a inundar mi salón

la sobremesa

el apoyo mutuo, la esperanza
el poder creer en algo
creerlo
sólo por el hecho de que lo estás tocando


¿Dónde estás?
Me he ido.

Pero. Mira. Mira aquí.
Pon tu mano. ¿Lo ves?
Me está saliendo una casa adentro.

Cipreses para crecer más y más alto.
Me está saliendo una casa adentro.

Enredaderas para permanecer.
Me está saliendo una casa adentro.

Macetas llenas y vacías también
esperando ser nutridas con algo.
Me está saliendo una casa adentro.

Pájaros visitantes.
Me está saliendo una casa adentro.

Bosque vecino.
Me está saliendo una casa adentro.

Silencio y que lo dicho sea lo importante.
Me
está
saliendo
una
casa
adentro.


Pero. Mira. Mira aquí.
¿Ves el tejado?
¿Aún crees en la magia?
Yo creo que aún sí.


Quizás esta vez pueda dejarme confiar
y dejar de escapar un rato.

Aún no he llorado ciertas cosas.
Necesito poca cosa, 
refugio, algo de hombro y un poco de tacto.


Queda tanto por curar
por susurrarnos.

Mira. Mira.
Toca aquí.
Es cierto.


Me está saliendo
una casa
por cada esquina de mi cuerpo.




La esperanza es trans*





La esperanza es un libro.
La esperanza es
haberte conocido.


Es lo que ves, ahí, en esa maceta.


Esperanza es 
arremangarse 
y ponerse a la tarea.

Es ese misterio que se revela, 
el que mantenemos en el contacto
de nuestras miradas y manos.



La esperanza 
son patrullas acuerpadas de amigas
que no permiten una agresión más
en nuestras carnes ni
en nuestros barrios.

Esperanza 
es una red antirracista de cuidados.

Es tu puño contra la mesa
rompiendo los modales, el silencio y la asamblea.
Es haber logrado decir que QUE NO.


Essperanza 
es mirar de reojo el camino.
Es pronunciar en alto 
el deseo más sentido.
Es aceptar el peligro. Y seguir caminando.


Mi esperanza es
haberme encontrado conmigo.
Encontré tanta y tanta esperanza 
en haber transitado.



La esperanza
va a mantenerme
con un bolígrafo y un cuaderno
buscándole las palabras precisas al tiempo


hasta que descansen mis hombros, mi lengua y mis manos
sabiendo que pagaron
el justo y necesario
precio preciso 
por haber transitado y vivido
con todas y cada una de sus consecuencias.


La esperanza es...
qué sé yo


la esperanza es trans*


la esperanza es alguien, silbando
sentadx bajo la sombra 
de un árbol 
y a la orilla

de un tercer lugar.



Juntxs.




Lo importante siempre será que lo hicimos juntxs.


Miro este desierto asfáltico
que se vació de mercancía y que dejó al descubierto
este paisaje que es el que más temo.
Yo, cada vez que tengo miedo
te confieso:
pienso en que lo más valioso, fue contigo.


Lo importante siempre será que lo hicimos juntxs.


Nos hemos equivocado tanto
nos hemos reabierto el dolor y nos hemos enfadado
hemos desconfiado, nos hemos mirado altivas
con recelo, con envidia, supongo que
incluso a veces nos hemos dejado de querer a ratos.
Hemos sido torpes, pero creo


que lo importante siempre será, que eso
que hemos creado, caminando
eso, lo hicimos juntas.


Nunca fue tanto la política.
Nunca fue tanto la okupa.
Nunca fue tanto tampoco el sexo, el proyecto, ni siquiera el tiempo invertido.
He de reconocer que muchos de esos motivos, creo
que nos los íbamos inventando.


Ahora.


El desierto asfáltico
la falta de mercancía dejando paso a la falta de vida
en todo aquello que vamos haciendo tan y tan compulsivo.
Tan fuera de nuestro ritmo, tan por encima de nuestro tiempo.
Tan separado del sentido del corazón que trajimos latiendo.

Ahora que todo está parado, tú me preguntas
¨¿Y adónde es que iba yo siempre tan rápido?”


Quiero estar aquí contigo y no te voy a soltar la mano.

Lo importante ha sido
y será ahora y siempre
que el camino,
este camino a veces absurdo, desviado y torcido


¿ese?


joder, hermanx

ese, lo hicimos juntas.









Encuentro en el espejo
una breve certeza entre un momento extraño y el siguiente que viene.
También extraño.


Y es que.
Yo me voy acabando.

Se acaba el discurso
se acaban la estrategia
se acaba el positivismo
se acaba el drama
se acaba el día y también
también se acaba lo que pensaba
se acaba, vaya, lo que se daba

soy yo
quien se acaba

me voy acabando y es como un cuaderno muy escrito
me voy acabando como el último capítulo de algo, que se acaba
me acabo como el callejón al final del todo, como
las ilusiones, las canciones, me acabo también como las vacaciones y como la pandemia

(si es que se acaba)

me voy acabando con una seguridad espasmosa de acabarme y
no sé qué viene detrás, de este punto, no sé si viene el aparte, o no sé si vienen otros dos puntos más tarde

no distingo en este punto
si encuentro un suspensivo o
un cierto final

me acabo y me quedo tan vacío y tan lleno como todo
como algo
que fue en todo lo que pudo y que hizo todo lo que encontró a mano

me veo en ese algo
algo que desde el principio
desde que empezó a ser ya
lo sabía y ya
se
estaba
acabando.

Hay cierta ligereza en lo liviano.
Me alivia encontrar algo cierto.
Aunque.
Al igual que estas líneas escupidas, que ni vienen ni van.
Lo cierto es que también
lo que yo llamo cierto,
también eso:
se va a acabar.


Ojalá.



Ojalá un día responder con poesía

a tu pregunta absurda, a esa breve duda que asomas, al pretendido inocente juicio cargado de odio antiguo que arrojas


al inevitable precipicio que nos separa en ese preciso instante

en que tú vas y abres la boca y hablas.



Ojalá un día. Me digo, me deseo, me pienso para adentro.

Ojalá un día, responder con poesía


con poesía que no te siga en tu estructura lineal de ordenar las cosas

a tu falta de respeto por las vidas que no son esa concreta tuya tan reconocida

porque

lo que es a mí, de momento el cuerpo

sólo me aguanta para quedarme quieto, para hacerte el silencio, tomar mío el silencio, ir y volver del silencio y hacer de ese incómodo silencio abierto efectivamente algo propio que me saque de tanto sitio ajeno



a mí, que de momento el cuerpo

me da para zanjar el asunto y nuestro encuentro,

dar el justo y necesario cierre de gesto y verbo.




Ojalá un día, entonces, os decía, que sea elegante poesía

lo que encuentres de regreso

de tu básica misoginia

mezclada con transfobia a fuego lento.



Ojalá tenga en la punta de mi lengua una poesía que a la vez que te calle te defina.

Hoy, mira, no la tengo.

Te contesto tajante y me voy con lo puesto

en este caso con la rabia conocida, la frustración conocida, y un poco una desesperación con la que ya nos conocemos.



Me voy un poco rendidx y un poco triunfante

al menos

porque al menos te has callado

y pienso que quizás en un rato te dé por avergonzarte



o no, quizás no, quién sabe,

no estaremos para verlo, porque yo y mi poesía nos vamos a otra parte

a dedicarla donde sí sirve y adonde pueda contestarse

desde otros corazones más llenos que ese con el que me he topado

un día más en una mala tarde.




Me deseo y nos deseo.

Ojalá un día, responder con poesía.


Con poesía, de esta, sí, pero en directo.




Niñxs.




Yo tengo aquí dentro una niña
que no pudo acabar de ser niña
porque no le pudieron dejar ser
ese niño que era.

Yo tengo una niña que, siéndolo,
no pudo serlo.
Yo tengo un niño que sin serlo, ya lo era.


Yo creo que tengo dos partes
y que les tuve a cachos
y que las voy teniendo enteras
yo creo que esa infancia mía
me la viví en dos veces,
una, la aparente, y otra, la secreta.


Si me entrego a la memoria
o a lo que de ella ahora queda
no acojo unx, acojo a dos
niñxs que miran, que me miran,
y que no se miran entre ellxs

si me entrego veo
dos niñxs que no juegan, que no ríen,
que sólo callan
que miran, que buscan, y buscan,
y observan


si me entrego lo que veo
son dos niñxs de mirada
abierta y atenta.


Aún a día de hoy están presentes
piensan y sienten, reclaman y esperan


aún a día de hoy me acompañan
a descubrir este mundo
me traen en sus manos sus miedos
profundos,
traen a mis brazos sus pasiones,
sus sueños, sus carencias


Mira.
Que lo he pensado mucho y que creo
que yo no resguardo una niña,
que en mi cuerpo
son dos lxs que se mecen y hablan
se diría, que es el doble de trabajo
y sin embargo, darles el espacio
es de lo que a mí más me llena


es esa mirada abierta
la que me acompaña
de esxs dos niñxs
que aún hoy
miran, que buscan, y buscan,
y observan...




Hueso.









Estamos llegando al hueso.



Tengo cuatro palabras 
entre estas cuatro paredes
apretando entre los dientes 
que me hablan y te hablan 
de aquello que,
si miro alrededor, veo 




Estamos llegando al hueso.



“Cada unx cuida sus fantasmas”


cada animal en esta jaula 
ha captado la amenaza 
y asustado, recula y acecha 
en el trozo de celda 
precario o privilegiado
que le toca, que le considera 
defender



Estamos llegando al hueso.




Del asunto, del progreso, 
de nuestras vidas, 
y de lo que no tocábamos 
por puro duro que es. 




Es el hueso. El hueso.
Estamos
llegando 
al hueso.



Recuerdo mi libertad como un recuerdo.
Recuerdo el afecto directo 
como un recuerdo. 
Me recuerdo a mí mismx haciendo 
un poco lo que podía 
a lo que logré llamar vida 
ese “ir haciendo” como un modo
de poder dejar el mundo un poco mejor 
de lo que lo había encontrado 
cuando llegué.


Ya no.
No hay muchoquehacer.



Parar. Para.


Escucha a tus ancestrxs.
Traspasa la primera capa de piel.
Escucha el silencio.
Escucha a lxs muertxs en él.




Siente el qué.
Siente esto.



Que te repito. 
Te repito que
estamos 
llegando al hueso.




1/4/20

Sin título.








El Estado decreta:
distancia.
Control.
Alerta.



En el silencio se aparece:
claro, lo silenciado.



Me enfado, me revelo, me resisto.
Al final: claro, cedo.



Y en la cesión
en la calma rendida aparece, aparezco
ni más ni menos: yo.



Sin futuro:
claro, no hay mucho, no hay nada "que hacer"



y cuando no hay eso, emerge
claro, tanto pasado,
motivos en los que aquí me encuentro.



Fantasmas.
Bienvenidos.
Bien.
Está bien.
.


En la calma aparezco
yo



claro: aparece este sistema enfermo


desvelado en este frenazo 
tan inoportuno
como necesario



no hay mucho más que el aquí y ahora
no hay mucho más que
coger aire, y quedarse quietx
la enfermedad y la muerte
las ponemos allá afuera, 
y las amenazas ocupan las manos, 
las ropas, los cuerpos de la gente



en este instante



aparecen héroes, heroínas, aparecen 
resistencias colectivas, 
aparecen policías, aparecen soldados
aparecen a la vista nuestras otras enfermedades 
que no eran esta misma
aparecen las que ya estaban de antes



(¿Dónde escondíamos, 
dónde es que metíamos todo este miedo 
que ahora se nos sale?)



y no podemos hacer mucha otra cosa que parar 
preguntarnos
y en el aire hoy, no sólo hay virus, hay
hoy tantas y tantas preguntas en el aire...



gratitud profunda cuando te escucho
y me confiesas 
con miedo y con vergüenza 
las tuyas propias



lanzo el deseo
de que nos brindemos
compañerxs



el pequeño gesto de quietud
tan doloroso impasse, que brindemos 
por este convocado silencio



está siendo tan compartido
este aislamiento



nunca nos sentí tan unidxs
alrededor de una soledad tan cruda y cierta



nos trae al insconsciente de una guerra 
nos reporta el recuerdo orgánico situado 
de tantas historias que, igual que este silencio
quedaron silenciadas
en nuestras abuelas



toca escuchar sus voces



y toca mirarle a los ojos
y mirarme a mí dentro de él.



En la calma aparezco
yo.



Y no tendría que ser de ninguna otra manera.



No hay mucho que decir
para que esto que digo
se entienda.



Se acabaron
por un rato 
las redundancias
los rodeos la palabrarería y las excusas
entre nosotras.



Es 
sencillo.



A veces yo alucino
y, no sé vosotras, pero a mí me da por creer que, 
muy en el fondo 
nunca he estado solo
en esto.



Veremos, cómo avanzan tantos adentros lentos.



Está sucediendo


está
bien.


Hospital Clinic.



Te dedico, Hospital Clinic
una poesía simple
una poesía
más simple que corta

te dedico las dos tetas que no me voy a quitar
te dedico la intervención que te vas a ahorrar
(o que gastarás en otras más disfóricas tetas)

te dedico la salita de espera
te dedico la cirugía el formulario
y te dedico
el quirófano, y te dedico la anestesia

te dedico el pre, el post,
el propiooperatorio
te dedico los puntos las curas los dolores la rehabilitación la baja médica que nunca tendremos
la gente que seguimos sin contrato

y te dedico el espejo:
sobretodo, yo, lo que te dedico es el espejo.

Te dedico mi no, gracias.

Te dedico las tetas que no me voy a quitar.
Te dedico este pequeño gesto de libertad
que he decidido que me voy a permitir.

Te dedico todas mis extrañas decisiones.
Piénsalo.
Es una buena ocasión para dedicarte algo.

Hospital Clinic,
sé que así funcionan las cosas para ti
y sé que por mi propio bien tú lo has intentado.

Así que, aquí nos despedimos,
liberal y abierto Hospital Clinic
tú, yo, el “que pase el siguiente” y mis trentaiún veranos

alterando el Natural Orden sagrado
de las cosas.



El Prat.

Planea el avión sobre el vacío.

Aterriza, sobre el otro vacío después.

Yo, por mi parte,

yo

planeo cómo romper la relación.
Planeo cómo no romperme.

Y me sale en la ecuación que,
una de dos.
O ella, o yo.

Sobre el otro vacío, planeo, y planea este vuelo.

El amor siempre me está haciendo perder
la paciencia
la memoria
la esperanza y
el tiempo

las cuatro juntas
a la vez
o lo que es lo mismo:

que yo,
yo
me pierdo

lo hago
cada vez que regreso a este vacío
de esta ciudad cruel medio fantasma
adonde
un día no sé muy bien por qué
emigré

y es desde entonces que yo no encuentro
ni el camino, ni el abrazo, ni las ganas
ni el motivo, ni la dirección, ni pertenencia
ni mi pasado, ni un futuro (que me llame), ni calma,
ni el olvido

ni las llaves.





Por faltar.




Te hiciste fuerte
desde lugares internos que tú no conocías.

Te reconociste
sostenidx en ciertas formas propias.
Justo en aquellas
que tú menos esperabas obtener.

Te descubriste
haciendo
exactamente
lo que había que hacer.
Pero tú no lo sabías.

Digamos que
te sorprendiste de ti, y
bueno,
pues que lo viste, y que subiste la apuesta.

Hizo falta casi de todo
para que hoy estuvieras.
Aquí.

Ahora ya sólo faltaría
que le quitases el factor sorpresa.

Falta. Qué falta.
Por faltar.
Falta

que te (lo) creas.

Berlín.



Eres las calles oscuras de Berlín
mis calles, que ahora me van contigo, por dentro
y yo no quiero que enciendan las farolas
y yo no quiero que te acabes


Y tengo dos, tres, quince voces
algunas me dan miedo
algunas me dan miedo que te den miedo a ti
miedo a perderte
aún peor: miedo a la pérdida inocua y sutil

y yo me quedo con una de todas ellas
me quedo con ella que es la que me dice que me quede
me quiero quedar y me quiero quedar conmigo

Quizás todo es para decirte que

no me voy,
que he pensado y que estoy aquí
que estoy en esto

que transitar es un verbo conocido y
que he pensado y que he decidido que me lo puedo permitir

que a ratos disfruto y a ratos aprendo
entre tus besos y también echándoles de menos

que no quiero encender las farolas
ni soltarte la mano
que quiero recorrer la vida que me corre entre tus piernas y que caminemos
porque en realidad no importan tantas cosas
y lo que importa, en realidad me importa tanto...

lo que importa, en realidad me importa tanto

que lo he pensado y he decidido
que aquí y ahora
yo me quedo
contigo
a descubrir qué se encuentra detrás
de todo este miedo que ya no compro
y que ya no vendo.



Acogida.




Las veo reír
en un momento fortuito, cualquiera
así, como muy de repente

después de haber escapado de la muerte
de la tortura
de una casa del terror en llamas
hay quienes de ellas que lo llamaron marido
compañero
algunas hablan de proyecto de vida
a veces tiene de nombre es lo que había que hacer
otras lo llamaron familia


las veo reír
después de las pastillas de la noche
antes de las de la mañana
más tarde de la sopa de dormir
más pronto del café de despertar


me pregunto,
con qué palabra se nombra esto
esto que escucho, que se rían tan bonito y tan sincero
como se llama eso de oír sus risas y saber que sí,
que esto no son mecanismos, ni evitaciones, ni síntomas del trauma
que esas risas que escucho
son reales
y yo me pregunto, si existe una palabra
que defina
este sonido


igual no, e igual no hace falta, y sólo soy yo
tratando de entender
necesitando rescatar
lo que siento al
presenciar tal acontecimiento


igual sólo soy yo
que quisiera agarrar con mis propias manos
la fuerza que sale de sus vientres
cuando vibran de risa
el destello que sale de sus ojos
cuando se miran y reconocen
cómplices en haber logrado salir vivas
del infierno por excelencia
más humano de todos


si pudiera agarrarlo, creedme
que yo lo cogería y no lo dejaría escapar
nunca
y se lo daría de beber a sus hijxs
confundidxs, dañadxs y asustadxs
y yo mismx lo bebería cada día
pensando
pensando que si esa fuerza de sus vientres cuando ríen y vibran
si esa fuerza sin palabras ni explicación clínica
tuviera nombre y materia
os juro
yo os juro que este puto mundo se salva
este mundo como sus hogares en llamas
se salva como se salvaron ellas.