El Prat.

Planea el avión sobre el vacío.

Aterriza, sobre el otro vacío después.

Yo, por mi parte,

yo

planeo cómo romper la relación.
Planeo cómo no romperme.

Y me sale en la ecuación que,
una de dos.
O ella, o yo.

Sobre el otro vacío, planeo, y planea este vuelo.

El amor siempre me está haciendo perder
la paciencia
la memoria
la esperanza y
el tiempo

las cuatro juntas
a la vez
o lo que es lo mismo:

que yo,
yo
me pierdo

lo hago
cada vez que regreso a este vacío
de esta ciudad cruel medio fantasma
adonde
un día no sé muy bien por qué
emigré

y es desde entonces que yo no encuentro
ni el camino, ni el abrazo, ni las ganas
ni el motivo, ni la dirección, ni pertenencia
ni mi pasado, ni un futuro (que me llame), ni calma,
ni el olvido

ni las llaves.





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