Oraciones Trans*








I.

Sea como sea.

Tú ya no vas a volver allí.





Aquello, aquello: ya fue.

Tú sabes

que no vas a volver allí

te dices

y mientras tus manos

y tu vientre y tu pelo y tu pecho

tan distintos

lo escuchan y lo dicen también contigo.



Te lo juro y te lo advierto.



Estás a salvo.

Niña, niño, niñe.

Lo lograste.



Por tus muertxs y tus propias muertes.



Que no. Que allí

ya te digo yo

que allí tú ya no vuelves.

II.





Me confirmo vivx.

Me confirmo absolutamente mediocre. Y únicx.



Me confirmo que todas mis partes aparentemente rotas y contradictorias
me conforman completx y perfectx.



No necesito ser masculinx ni femeninx para ti.
Ya no necesito eso.
Y me alejaré si me lo quieres hacer volver a sentir.



Les confirmo a todos mis demonios que sí,
que pueden visitarme.
Que no se escondan. Que les daré el espacio
y el tiempo correcto.



Me confirmo que no abriré más el vacío.

Me confirmo que merezco lo que, el tiempo que me quede,
me quede por llenarme.



Fuerza, respiración, centro y claridad.

Por mí y por todxs mis compañerxs.

















III.







Te hiciste fuerte
desde lugares internos que no conocías.

Te reconociste
sostenidx en ciertas formas propias.
Justo en aquellas
que tú menos esperabas obtener.

Te descubriste
haciendo
exactamente
lo que hacía falta hacer.
Aunque tú no lo sabías.

Digamos que
te sorprendiste de ti mismx, y
bueno,
pues que lo viste,
y que subiste la apuesta.

Hizo falta casi de todo
para que hoy estuvieras.
Aquí.

Ahora ya sólo faltaría
que le quitases el factor sorpresa.

Falta. Qué falta.
Por faltar.

Falta:

que te (lo) creas.