Sandwich mixto.




Nunca fuimos lesbianas de adidas
nisiquiera llegamos a bolleras del Arena.

Bollipringuis, precarias de feminidad desubicada.
Bollifelices con sus tonterías de no ser de barna.

En nuestras tierras éramos de un hetero absurdo en que nos tirábamos a todos los tíos que se podía en los locales
 donde la playstation y el calimocho.

Casi nunca nos corríamos, a veces sí,
siempre el siguiente finde podías volver a intentarlo.

Tenemos la masculinidad tan pueblerina y atrofiada que no sabemos qué es lo nuestro.
De qué vamos. No se sabe, yo qué sé.

Nunca llegamos ni a lesbianas de adidas, lograr ser tiarrones trans se nos queda
obviamente lejos e impostado.

Qué complejidad cuadrar de qué vamos.
De trans frikis, de trans de otra cosa, como de que todo esto nos viene de pa otro lado.

Nos sigue sin llegar la masculinidad pa binders, a veces si vamos a una entrevista nos ponemos el bañador de la piscina.
Tenemos 4 pelos aunque nos gusta
que nos los toques todo el rato.

Me gusta mil veces más que uses el arnés conmigo que yo tener-que
porque-yasabes-toca.

No nos vamos a depilar lo que está saliendo por nuestros cuerpos, tiramos la ropa de la adolescencia, la que más dolió fueron
 las 3 faldas sexis
con las que siempre pillabas cacho.

Queremos que nos reconozcais
trans feministas porque eso es lo más importante de entre todas las tonterías importantes que hemos sido.

Hace 10 años descubrimos el feminismo
y ahí nos quedamos a vivir, a vivirlo TODO.

No pretendas que ahora no me sienta cuestionado sobre si puedo entrar o no, sobre si cuál es el tránsito al que no vas a convertir y al que sí en el enemigo,
en un espacio en el que pudimos gritar llorar y decir BASTA a toda la violencia
que nos habían metido.

Cuestionar nuestra identidad en un espacio en el que por fin pudimos descubrir
 "cómo era ser yo" gracias al amor
y la ternura entre nuestras compañeras.

No pretendas. No te atrevas.

Todo esto se lo debemos a los locales de playstation y calimocho, a las adidas que nunca tuvimos, y a la primera vez que nos gritaron guapo a lo lejos
y nos quedó dentro como la mayor declaración de amor del mundo.

Yo lo único que tengo claro es que no sé cómo se llama esto mío,
pero por favor, tú, llámame para siempre guapo.


Mamá.



Llorar entre los brazos de una madre loca.

Siempre será mejor y siempre es peor que llorar los brazos de una madre muerta.

Llorar entre los brazos de una madre enferma.

Siempre será mejor y siempre es peor que no reconocerse en tu propia madre.

Yo sí
yo, que me reconozco en tu enfermedad y en tu locura

y eso,
y eso madre

me hace tener esta raíz y esta patria pertenencia
tan loca, tan rota, tan verdadera

esta
firmeza, marca propia
tan mía
tan trans*

cogida por pinzas

esta firmeza torcida
tan
auténtica como
inestable.