Acogida.




Las veo reír
en un momento fortuito, cualquiera
así, como muy de repente

después de haber escapado de la muerte
de la tortura
de una casa del terror en llamas
hay quienes de ellas que lo llamaron marido
compañero
algunas hablan de proyecto de vida
a veces tiene de nombre es lo que había que hacer
otras lo llamaron familia


las veo reír
después de las pastillas de la noche
antes de las de la mañana
más tarde de la sopa de dormir
más pronto del café de despertar


me pregunto,
con qué palabra se nombra esto
esto que escucho, que se rían tan bonito y tan sincero
como se llama eso de oír sus risas y saber que sí,
que esto no son mecanismos, ni evitaciones, ni síntomas del trauma
que esas risas que escucho
son reales
y yo me pregunto, si existe una palabra
que defina
este sonido


igual no, e igual no hace falta, y sólo soy yo
tratando de entender
necesitando rescatar
lo que siento al
presenciar tal acontecimiento


igual sólo soy yo
que quisiera agarrar con mis propias manos
la fuerza que sale de sus vientres
cuando vibran de risa
el destello que sale de sus ojos
cuando se miran y reconocen
cómplices en haber logrado salir vivas
del infierno por excelencia
más humano de todos


si pudiera agarrarlo, creedme
que yo lo cogería y no lo dejaría escapar
nunca
y se lo daría de beber a sus hijxs
confundidxs, dañadxs y asustadxs
y yo mismx lo bebería cada día
pensando
pensando que si esa fuerza de sus vientres cuando ríen y vibran
si esa fuerza sin palabras ni explicación clínica
tuviera nombre y materia
os juro
yo os juro que este puto mundo se salva
este mundo como sus hogares en llamas
se salva como se salvaron ellas.



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