Sin título.








El Estado decreta:
distancia.
Control.
Alerta.



En el silencio se aparece:
claro, lo silenciado.



Me enfado, me revelo, me resisto.
Al final: claro, cedo.



Y en la cesión
en la calma rendida aparece, aparezco
ni más ni menos: yo.



Sin futuro:
claro, no hay mucho, no hay nada "que hacer"



y cuando no hay eso, emerge
claro, tanto pasado,
motivos en los que aquí me encuentro.



Fantasmas.
Bienvenidos.
Bien.
Está bien.
.


En la calma aparezco
yo



claro: aparece este sistema enfermo


desvelado en este frenazo 
tan inoportuno
como necesario



no hay mucho más que el aquí y ahora
no hay mucho más que
coger aire, y quedarse quietx
la enfermedad y la muerte
las ponemos allá afuera, 
y las amenazas ocupan las manos, 
las ropas, los cuerpos de la gente



en este instante



aparecen héroes, heroínas, aparecen 
resistencias colectivas, 
aparecen policías, aparecen soldados
aparecen a la vista nuestras otras enfermedades 
que no eran esta misma
aparecen las que ya estaban de antes



(¿Dónde escondíamos, 
dónde es que metíamos todo este miedo 
que ahora se nos sale?)



y no podemos hacer mucha otra cosa que parar 
preguntarnos
y en el aire hoy, no sólo hay virus, hay
hoy tantas y tantas preguntas en el aire...



gratitud profunda cuando te escucho
y me confiesas 
con miedo y con vergüenza 
las tuyas propias



lanzo el deseo
de que nos brindemos
compañerxs



el pequeño gesto de quietud
tan doloroso impasse, que brindemos 
por este convocado silencio



está siendo tan compartido
este aislamiento



nunca nos sentí tan unidxs
alrededor de una soledad tan cruda y cierta



nos trae al insconsciente de una guerra 
nos reporta el recuerdo orgánico situado 
de tantas historias que, igual que este silencio
quedaron silenciadas
en nuestras abuelas



toca escuchar sus voces



y toca mirarle a los ojos
y mirarme a mí dentro de él.



En la calma aparezco
yo.



Y no tendría que ser de ninguna otra manera.



No hay mucho que decir
para que esto que digo
se entienda.



Se acabaron
por un rato 
las redundancias
los rodeos la palabrarería y las excusas
entre nosotras.



Es 
sencillo.



A veces yo alucino
y, no sé vosotras, pero a mí me da por creer que, 
muy en el fondo 
nunca he estado solo
en esto.



Veremos, cómo avanzan tantos adentros lentos.



Está sucediendo


está
bien.


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