Paquetitos de paja.





En Tierra de Campos, de donde yo vengo, 
en verano puedes ver un paisaje de paquetitos de paja prensada 
que ha quedado recogida después de labrar el trigo. 
Marca a la vez un final y un inicio de temporada. 


Cuando era pequeñx tuve terrores nocturnos durante unos 10 años. 
Había noches en que la cosa iba mejor, otras peor. 
El recuerdo hoy en día es el de sentir presencias en mi habitación 
y tener mucho miedo a que se me llevaran. Rezaba, hacía rituales, hablaba con ellas, 
con Dios, con algunos héroes de mis cuentos, con quien pillara. 
(Hoy ya lo entiendo en parte, la cosa de ser niñx es, pues eso, 
que no te entiendes en ciertas cosas) 



Dentro de todo esto tengo el recuerdo de mi mamá 
venir a hacerme un paquetito de paja a mi cama. Me apretaba mucho las sábanas 
a lo largo de todo el cuerpo hasta que no me podía mover. 
“Ahora ya eres un paquetito, ya puedes descansar” decía.



Los paquetitos en el paisaje son 


el trabajo bien hecho, 
el resultado de un gran esfuerzo, 
son el final de un ciclo, 
es el orden, 
lo recogido, lo cosechado, lo labrado, lo limpio, 
lo preparado para poder volver a empezar. 



Yo cuando pienso en ellos, lloro. 
Son ese típico símbolo que se te queda marcado. 


Ay en fin. Todo esto para decir 


A mí me gustaría tanto 
haberme quedado paquetito de paja...



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