La desmemoria.
A la desmemoria te la describiría
como un vacío lento.
Yo lucho contra ella cada día.
Hay una parte mía
que te mira
y que te pide de rodillas
"por favor te lo suplico, ayúdame a recordar".
Pero,
tú ya no estás
ni tu mano ni tu espalda ni tu alma
ni tu risa en ese cuerpo
eres, sí, un cuerpo
en donde tu olvido
y mi quiebre con el pasado
se entrecruzan entre ellos
como caminos angostos, secos y largos
y, difíciles, insisto:
muy difíciles de recordar.
La desmemoria es un vacío lento
adonde pertenecemos la mayoría
de las personas trans*.
Porque,
¿Podríamos pertenecer
a cualquier otro lado?
¿Existiría para nosotrxs en la Historia cualquier otro momento?
¿Quién dirá nuestros nombres?
¿Importan vivos? ¿Importan muertos?
(Y, antes de ser dichos,
¿Sabemos cuáles
son aquellos nombres quizás?)
Su historia, de dónde salen,
y si nos hacen sentir más nuestrxs,
o si ni que sea menos vulnerables.
¿Cómo hacer la política de la memoria,
cuando ni nosotrxs mismxs somos capaces?
De saber, de decir, de traer, de rendir...
Y, claro: de recordar.
- Ven. Acércate. Te voy a contar un secreto.
Éste que te digo lo vi una noche, en sueños.
Y es que, existe un lugar
en que hay
decenas, cientos, miles,
de niñas, de niños y de niñes
esperando
a ser, y por fin, recordadxs.
Y a poder ser honradxs luego.
Es un limbo fantasma
otra dimensión, otro espacio y otro tiempo.
Yo me lo imagino como una guardería.
Es un limbo.
Está lleno de luz, y de una atmósfera sombría.
Y hay esa parte mía, la que no cesa
que querría llegar a ese sitio
y coger de la mano
a la niña, que también fui
para poder llevármela adonde ella y yo
podamos mirarnos, un largo rato.
En mi fantasía es sólo así
que yo podría recordar.
- ¿Qué pensaría, de mí?
Le quiero cantar unas nanas que ya de mayor aprendí.
- ¿Qué me diría, si pudiera hablar?
Quiero arroparla
y poder decirle que todo va a estar bien
que yo me voy a encargar.
¿A quién vería, si me pudiera ver?
¿Se daría cuenta de algo?
¿Lloraría? ¿Reiría?
¿Qué gesto sería el que haría la cara de esa pequeña niña
si yo apareciera, en su espacio detenido
y me la llevase conmigo
a mi vida de ahora a pasear?
- Te cuento otro secreto.
Éste no lo soñé, éste lo viví, y es muy real.
Y es que
la desmemoria es un vacío
que se forma justo
en el centro mismo del pecho.
Y si quieres saber de qué te hablo
y lo quieres observar
sólo detente, con amor, largo rato y respeto
en la mirada
de la mayoría
de las personas trans*.
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