Bienvenida, Claudia, a tu primera poesía.
Claudia.
Me estás gritando en sueños.
En sueños me gritas. Claudia.
Tu nombre. Gritas.
"Claudia"
Y te entiendo. Joder que si te entiendo.
Entiendo que estés tan enfadada.
Porque Claudia,
yo ya le he escrito casi a todo.
Al amor, al placer, al dolor, al odio
propios y ajenos
a los gatos, a la luna.
A cuerpos y tierras.
He escrito memorias
fantasías, ideas,
he escrito relatos eróticos
y simples paranoias.
Y tú, Claudia
estando tan en el centro
de Todo
tú
la reina, la prota, tú, decoradora y guionista
de esta película
no sales ni nombrada
en una sola de ellas.
No soy justo. No.
No lo soy, ni lo fui, y probablemente
nunca lo terminaré
de ser del todo.
Yo no sé cómo devolverte lo que es tuyo.
Te lo confieso.
Yo no sé cómo darte lo que te pertenece.
Entregarte tu espacio.
O quizás es que me da tanto miedo.
Por si, entonces,
es Bruno quien se queda sin su vela
en este entierro.
Básicamente,
Claudia:
yo no quiero pelea.
Por eso no te miro.
Por eso no te pienso.
Por eso no te escribo.
Es por eso que te hago invisible, imperceptible,
te convierto casi así en un desliz visual,
un error gramático
una mala pronunciación
te he convertido y te has quedado hecha
en una palabra tabú
que no debería ser nombrada.
No voy a echarle de esto
la culpa a la gente ni al Sistema.
Básicamente,
Claudia:
me das miedo.
Mira que voy tan de,
y que al final, sólo es que soy cobarde.
No soy justo. No.
No lo soy, ni lo fui, y probablemente
nunca lo terminaré
de ser del todo.
Yo no sé cómo devolverte lo que es tuyo.
Te lo confieso.
Yo no sé cómo darte lo que te pertenece.
Mientras descifro la manera
esa que nadie me ha enseñado
he tenido esta idea:
Voy a escribirte un párrafo, cada día,
a ti, sola.
Y te lo voy a dedicar con creces.
Mientras aprenda a crecer contigo adentro
a no escondert(m)e.
Mientras se quede pendiente
el saber cómo cuidarte
cómo darte el cariño y el respeto
que junto a tu nombre aún quedó en el aire
voy a seguir día a día
contigo
te voy a coger de tu manita tan, tan fuerte
que aunque no te mire
que aunque parezca que me retiro, que te abandono
a ratitos, a gestos, a veces
puedas notar mi pulso
y así sepas a ciencia cierta y no dudes
que: créeme, no va a haber en mi vida
nadie más importante.
Claudia, eres la pequeña
que aparece en las cosas más pequeñas
de mis días
me ayudas a recordarme
que son ellas
las que valen
las que harán que la película
del estar vivas
encuentre sentido, motor y motivo
para continuar en nuestro viaje.
Bienvenida, Claudia, a tu primera poesía.
Disculpas por haber tardado tanto
en dar este paso y
descuida, que ya pronto vendrán
todas las siguientes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario