Chantal II

Mi corazón es una empresa de construcción y derribos.
La mente construye en lo que siente. Construye casi espontáneamente, automáticamente. Articula, traza relaciones, prolonga, estira, aumenta. Formas de alimentar el Deseo, siempre.
Luego, la conciencia que vigila inspecciona los cimientos, les pone nombre a las grietas, sopesa y, finalmente, decreta el derribo. Antes de que el corazón se quiebre bajo el peso, inventa de nuevo la levedad.
Hazte ligerx, invisible. Adopta la levedad o muere. ¿Qué decides?
Es preciso derribar todo lo que no deja lugar para el vuelo, todo aquello que ahoga, lo que ha cobrado peso. Y no es el objeto la causa; de nuevo no lo es. Quien no sea capaz de vivir livianx entre las cosas, que se deshaga de ellas. Las cosas no son ni pesadas ni ligeras. Todo depende de la fuerza de quien las recibe.

Derribaré de nuevo todo lo construido, todo lo esperado, lo anhelado. Los recuerdos.
Derribaré todo lo que he sido fuera de mí.



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