Fristail.


¿Diagnóstico? El diagnóstico no es nada, el diagnóstico es un parche, un sustantivo, un velo científico que se corre y se descorre luego. El diagnóstico es un accidente. El diagnóstico no es lo que nos separa.

Mi escritura emula la realidad.
No sé cuando vivo y cuándo escribo, no sé cuál de las dos va primero.

Quisiera follarte esta noche, pero hace frío, estoy triste, profundamente triste aquí dentro. No sé si sé follar así de triste.

Me escondo. La ciudad me da miedo. Las personas me dan miedo. Cuesta mucho esfuerzo cotidiano cuando tu sueño está en lo colectivo. El miedo.

Lo colectivo, últimamente, casi siempre, falla. Y yo me enfado y me duelo y renuncio y me aíslo. Y pienso y me torturo y extermino. Y luego llega cualquier sonrisa a deshora y se me pasa.

¿Disforia? Tengo una imagen mental muy difusa de mis genitales y mi cuerpo.

No recuerdo qué es lo que merezco pero me mezco en la paciencia y la distancia absorbo las luces un poquito de constancia y abrazo a mis hermanas inoportunas de este campo de batalla que es mi existencia misma hecha de heridas hecha de caídas y medallas y todos estos años transcurridos se me olvida qué es lo que he aprendido quizás nunca aprendimos nada pero seguimos seguimos despiertas seguimos alerta malheridas y aún con todo no abandonamos la encrucijada a muerte con mi mente con mis ensayos con los errores y con todo lo que ya hemos pasado os miro a lo lejos y me veo a mí mismx buscando soluciones atajando remedios y a patadas con quien venga y nos oprima mi vida mi vida mi vida tan frágil y tan perdida y yo la quiero a la mínima la quiero pese a todo y por casi nada respira envuélvete en la escritura espontánea que diga que sobrevives día a día que desahogue un domingo de mierda cualquiera en que te come la angustia y no consigues distinguir a tu enemigo. Y hasta mañana.



1 comentario:

  1. Qué pena no haberlo leído ayer. Cómo necesitaba ayer ese último párrafo.

    ResponderEliminar