Sea como sea.
Tú ya no vas a volver allí.
Aquello, aquello: ya fue.
Tú sabes
que no vas a volver allí
te dices
y mientras tus manos
y tu vientre y tu pelo y tu pecho
tan distintos
lo escuchan y lo dicen también contigo.
Te lo juro y te lo advierto.
Estás a salvo.
Niña, niño, niñe.
Lo lograste.
Por tus muertxs y tus propias muertes.
Que no. Que allí
ya te digo yo
que allí tú ya no vuelves.
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