Dioptrías.

Joder, ¿en serio? La fiebre el vómito la náusea las uvas el vino la okupa anginas infección de oído sangre mocos sueño la sopa las cartas el video y no me atrevo casi a improvisarme sus ojos sus ojos sus ojos cómo podría yo agarrarle del hombro y hablarle de sus ojos sin silencios sin confusión sin susto sin risas sin mayor trascendencia que oye, tía, tus ojos, esa miopía me hipnotiza y siendo irónico éste no resulta un buen punto de vista el último Amor fue una estafa telefónica y comprenda que así no resulta fácil se supone que en vez de morirme decidí aprender lo suficiente. Señora miope, usted que duerme aquí a mi lado en mitad de mi febril viaje, sería usted tan amable de acercarse y escucharme divagar sobre la profundidad de ese ceño fruncido que da ganas a unx de avalanzarse y saltarse el feminismo por lo menos por un instante y sin que sirva de precedente. Sale al escenario y versa su canción sobre trompas de falopio y guerreras. Suena a rap, a solas luego me reconoce que no supo ponerle base. Ay señora, su mirada, es que maldita sea. Y ya "veremos" y que sea lo que Dios quiera.

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