Transfemilistas.






Al principio era una tesis de Preciado, luego se convirtió en el patio del recreo. De uno feo, custodiado por monjas castigadoras y con gente con mote que a la salida le quitan su bocata.


La idea es escapar del insti, y hacerlo a toda costa. Aunque sea dejando atrás a las amiguis colocadas en sus propios instis, y perdiéndote el baile final y la graduación.
Que su deidad el feminismo me saque ya de allí. Nunca quise volver a las discotecas de Palencia. Y ya son demasiados dejavus.
Hay que ver qué fea suena la palabra "instituto" repetida cinco veces, y qué feo quedarse a vivir para siempre allí.
Semos anti-instituciones crónicamente institutoliadas.

Aire!

No hay comentarios:

Publicar un comentario