El placer de poder escribir desde lo improfanable. Desde lo insoldable.
El placer de hacerse templo.
Y poner palabras en ello. Y crear palabras con ello.
Otorgarle poder, por las palabras, nada más que por eso.
Palabras potencia
como teclear palabra placer.
El placer de la lógica. El placer de lo racional, de lo metódico, de lo certero.
El placer de una cuerda de cordura desde donde colgarse y columpiarse
al vuelo
al viento
y balancear vaga simpleza
simplemente
balanceo
y observar el resto.
Placer como dibujar. Placer como música. Placer tregua.
Placer como escribir, como leer, como silencio.
Silencio sin muerte.
Silencio sin angustia.
Silencio de potencia y templo.
Templo se hace cuerpo.
Cuerpo que respira. Cuerpo que regresa.
Cuerpo que late y que comparte.
Cuerpo (im)perfecto. Cuerpo único
y bello.
El placer sin barniz raíz ni excusa. Placer por el placer.
Dejarse caer.
Al abismo de unx mismx.
Sin daño, sin culpa, sin pecado, sin juicio
y sin mandamiento.
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