Una noche de insomnio
como otra cualquiera
pero ésta es otra cosa
otra cosa
lejos del mundo lejos de la realidad
lejos de mí
las imagenes se suceden como en estado de
pseudoconciencia
las miro a través de un cristal
intento accionar el antinieblas y mirarme
por dentro
qué es lo que te pasa
me susurro con cuidado
mi vida corazón mío
despierta
dónde estás
qué te pasa.
La música siempre, bendita ella, me
ayuda y me recuerda
y aparecen como un álbum de fotos viejo
todas aquellas caras
y aquellos cuerpos
y con todo ello todos aquellos temblores que
me agitan por dentro
es el misterio de la piel y la memoria
que guardan las emociones tan perfectas
que siempre vuelven como si no hubiera hoy, ni mañana
son todas aquellas mujeres
que me han cruzado el camino y la
existencia
que me deslumbraron
a veces como si fuera una veleta, una
cometa cedida a su viento
su viento de amor, de calor, de dolor y
de rabia
a veces como una rozadura ligera
pero con certeza y esmero
son todas las mujeres que me destrozaron
y me levantaron
todas aquellas, mujeres
ahora da igual si mujeres-mujeres o
mujeres que ya dejaron hace rato de serlo.
Aquellas que no supe quererlas
a las que dolí y traicioné
aquellas que lloraron y ellas lloraban y a mí se me
rompía algo dentro
a las que abandoné sin saberlo, sin
notarlo
aquellas con las que no estuve, no fui,
con las que nisiquiera desaparecí
porque simplemente nunca llegué a estar
del todo.
Aquellas que me dieron una muleta para
caminar
unas palabras, unas caricias, un verbo
que se me quedaría siempre dentro
que defendería como un tesoro que se
guarda en la caja de madera
con un prohibido tocar.
A ellas, no quise retenerlas porque
no era relevante porque
estarían siempre dentro
y lo sabíamos
sabíamos que así es como debía de ser.
Aquellas que no me amaron
que entraron y salieron como si su casa
fuera mi cuerpo
me poblaron sin contemplativas y se
metieron dentro
y una mañana cualquiera muy temprano
mientras yo dormía
dejaron las llaves con una nota ambigua
de despedida
sin dirección
ni razones
ni teléfono.
Y yo sé
que los álbumes de fotos viejos no sirven
de mucho
y que las emociones de ayer nunca
ayudaron a construir las del día a día
y aún así
me pierdo y me mareo en la montaña rusa
me pierdo y me mareo en la montaña rusa
la que seré, la que soy, la que fui
me pierdo en mis recuerdos porque son los
que me conforman
porque si me preguntas quién soy quizás
pueda quedarme esta noche contándote esto
y advertirte que a veces me deshago y no
sé querer
y que a veces las personas me fascinan y
luego las llevo a modo de abrigo siempre encima
y que tengo un pánico visceral a
despertarme por la mañana y ver la casa vacía
la relación vacía
tu mirada vacía
que me diga que ya no sabes el qué, pero
que ya no quieres más.
Quisiera que sepas y quisiera en esta
noche de insomnio contarte
aunque estás durmiendo
quisiera ponerte esta canción que escucho
ahora y decirte
que soy mis recuerdos y mis miedos
que quizás no los asuma en su todo
pero que les quiero a todos y cada uno de
ellos
al igual que a todas y cada una de las
mujeres
que me atravesaron
que provocaron la herida
con las que compartí la cura
con las que no compartí más que el
impacto
todas ellas, activas actrices de mi
insomnio
os dedico mi álbum y las gracias
por los pasos dados.
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