Octubre.





Agárrame la mano.
Enséñame aquello de la vida.
Vayámonos de aquí.
O no, no nos vayamos. Permanezcamos.
Enséñame vida justo donde
hace falta recordarla.

Vamos a dar una vuelta. Sin rodeos.
Recuérdame lo importante.
Sé mi cómplice en estas noches en que todo da tanto miedo y se me olvida si la moraleja de esta película iba de seguir vivxs o de acabar muertxs.

Enséñame vida. Que se me quede metida justo justo en el centro de mi cuerpo.
Que no se me escape.
Que no me la vendan, que no me la roben, que no me la cambien.

Por cualquier otra basura.

Esa vida que era tan real y cierta, que era tan tuya, mía, que era tan nuestra.

Dame la mano por favor, que por mucho que grite
no puedo hacer que esto pare.

Que se destapa el fascismo. Que estos días
se han llevado las calles.

Enséñame vida. Recuérdame lo importante
que con el helicóptero
de fondo
a mí
por instantes
casi-casi se me olvida.




Centímetros.




Me parece estar hablando con un sarcófago emocional”
                                                                       dijo mi psicóloga



Yo sé que ando lejos
A unos centímetros del mundo
Que estoy guardando silencio


Últimamente
escucho, miro
y me hago preguntas


Porque, sabes
He descubierto:


No va a ser suficiente


Lo que te quiera
Lo que te cuide
Lo que tú llores

Lo que gritemos
Lo que resistamos
Lo que defiendas

Lo que me confunda
Lo que me equivoque
Lo que corrija
Todo lo que aprenda


Te lo he dicho.
Nunca va a ser suficiente


Ni contigo
Ni entre todxs
Ni precariamente a solas


No nos va a bastar


Ni en tu casa
Ni en la mía
Ni en la de nadie


Pero vamos a tener una vida entera para contarnos todo esto
Para dejar la huella ser el testigo

De que efectivamente
había otras maneras

Podíamos simbolizar otras formas

En que haber nacido
en esta absurda época
y sin elegirlo
al final
habría
merecido la puta y santa pena.