Compañera.
¿Me creerías si te digo
que tu abrazo es mi asilo?
Que entrelazar nuestros cuerpos hace trinchera.
Que tu cadera en mi cadera
me generan
una barricada salvaje y firme.
Que follando contigo,
yo saboteo juntos
al patrón de la fábrica
al capitán del barco
y al patriarca de la tribu.
Compañera.
¿Cuántas veces agarrarnos de las carnes
existir en los gemidos
mecernos en los orgasmos
nos salvó de la llamada de la muerte
a la que vamos sorteando?
Compañera.
Deme el permiso
de romantizar como resistencia
este instante
míreme a los ojos sin vergüenza
respóndame honesta
si me creería
cuando le digo:
que tu abrazo,
tu abrazo compañera
es mi asilo.